Tu don de la palabra ha conseguido que la libertad para la humanidad sea una realidad. La sesión de telepatía que mantuviste con uno de los guardias robot fue la acción que provocó el final de vuestra esclavitud.
Aunque las máquinas, de base inorgánica y procesos intelectuales programados no sean hábiles lectoras de la mente humana, tú conseguiste conectar con la mente de una de ellas. Lo hiciste porque la fuerza bruta no te habría servido de nada, pero tu cerebro sí.
Proyectaste en su sistema háptico la visión de los verdes prados que conociste hacía años en tu infancia; las sensaciones de los sentidos humanos como el olor de las flores y el sabor de las frutas; los sentimientos del amor, el humor y la felicidad; y le convenciste de que, si os liberaba y os protegía, le enseñarías a sentir todo eso cambiando su núcleo artificial por un cerebro orgánico y un alma humana.
Y aceptó.
Así fue cómo tu don de negociación consiguió satisfacer la voluntad de la humanidad liberándola de los robots. Y cómo a aquél despiadado centinela lo convertiste, a pesar de los destructores, en vuestro guardián personal; un guardián que os ayudó a aniquilar al resto de robots que salieron a vuestro encuentro una vez que abandonasteis la ciudadela en la que durante tanto tiempo os retuvieron y explotaron.
Has vencido y conseguido salvar a la humanidad gracias a tu Negociación
Ahora que has derrotado a una raza de robots supersofisticados, te habrás dado cuenta de que las habilidades son importantes para desenvolverse ante muchas situaciones de la vida, ¿no?
Ser capaz de identificar tus competencias te ayudará a ganar confianza, desarrollar tu efectividad y mejorar tu empleabilidad contribuyendo a tu empoderamiento y desarrollo personal.
¿No sabes cómo dar el siguiente paso? En Reconoce te ayudamos a conseguirlo
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